Espigueiros
de Lindoso
El
arte y el ingenio de guardar el maíz
En la norteña población
de Lindoso del Ayuntamiento de Ponte da Barca (Portugal), alberga uno de los más
famosos conjuntos de espigueiros (hórreos), existentes en Portugal. Con todo y
aunque sean símbolos emblemáticos y testimonio privilegiado del fuerte impacto
y de la verdadera revolución agrícola que el maíz operó en estas tierras desde
que en el siglo XVI, aquí fue introducido, la verdad real es que, entre
nosotros, el origen de los espigueiros radica en la más remota Antigüedad. Todo
porque…….. aquí hay ratones!.
Constituyen
probablemente el mayor conjunto del país
–Son 64, reunidos en un corto espacio-, los espigueiros de Lindoso se
dividen en diversos tipos, desde los que son exclusivamente en piedra y otros
que combinan diversos materiales como el granito, la madera, la losa o el
ladrillo.
Estos espigueiros se
concentran en torno a una única y rectangular era, testimoniando así la
importancia del trabajo colectivo que tan intrínsecamente caracterizó estas
comunidades de montaña durante siglos.
Si la gran
concentración de los espigueiros es factor fundamental de este imponente
conjunto, no es menos verdad que mucha de su monumentalidad se debe a que su
situación sea bastante alta, convirtiéndose en una autentica “defensa natural”.
No poseían entonces esta denominación. Hasta tanto no se introdujeron en los
mismos las “espigas” del maíz, que son las que están en el origen de su
denominación; que fueron introducidas en la región en el siglo XVI, después del
descubrimiento de América, de donde es originario aquel cereal.
No sabemos exactamente
cuando surgieron los espigueiros, mas es indiscutible que, muy semejantes a los
que hoy conocemos, ya existían en la Edad Media como se comprueba en diseños de
varias láminas de esa época o referencias documentadas en textos datados de
1032, 1057 o 1075, sirviendo entonces para guardar las panochas del maíz blanco
o el cereal pendiente de trillar. Indiscutible parece ser también que también
en el origen de estos “celeiros” o “celarios, estuvo, efectivamente una enorme
y permanente plaga de la región: los ratones. Con efecto, para su clara función
de almacenaje y secado ventilada, es evidente en sus características y en el
ingenio constructivo la preocupación que estas estructuras denotaban en
resguardar el cereal de aquellos roedores. Una de las estrategias más
habituales es perfectamente visible en Lindoso, la colocación de grandes
piedras circulares entre los pies y el restante cuerpo de los espigueiros,
constituyendo un obstáculo insalvable para los ratones que pudieran haber
subido en vertical a lo largo de las piernas de la construcción. Gran parte de
los espigueiros de este conjunto utilizan para ese fin viejas muelas de molino.
La gran abundancia de
ratones en el noroeste de la Península Ibérica, ya mencionada por Estrabón en
el inicio de la colonización romana, -es la que llevó en la cordillera Cantábrica,
a que las autoridades romanas premiasen a quien los matase-, solo comenzó a ser
atenuada en la Baja Edad Media, con la vulgarización del gato doméstico.
Mas no solo los ratones
explican la génesis de estas típicas construcciones de almacenamiento. Los
factores climáticos nombrados, la fuerte humedad del noroeste peninsular,
fueron también fundamentales en la aparición de estas construcciones que,
aunque cerradas y bien resguardadas de los agentes climáticos adversos,
permitían un buen secado y simultáneamente el almacenamiento del maíz en buenas
condiciones, que pasaban entre otras por una ventilación adecuada.
De hecho el maíz
guardado en arcas, no se conservaba de media más de un año, sin embargo en la
panocha se puede conservar durante años, ha contribuido sin duda
fundamentalmente la introducción del maíz, en algunos cambios operados en los
espigueiros; del que son un ejemplo un crecimiento de sus dimensiones, o el que
aparezcan características arquitectónicas más duraderas que, como ocurrió en
otros lugares fue su total petrificación.
Paulatinamente, y de
forma más notoria a partir del siglo XVIII, estos espigueiros acabaron por
hacer desaparecer –ya en la segunda mitad del siglo XX- los hórreos o celarios más
primitivos y construidos en su totalidad con elementos vegetales.
Traducido de: (Joel CLETO e Suzana FARO-Espigueiros do Soajo
e Lindoso. A Arte e o Engenho de guardar o Millo. O Comercio do Porto. Revista
Domingo, Porto 11 de Junho 2000, p 21-22).
Resulta impresionante la imagen de tal cantidad de "espigueiros" juntos. Y me has ilustrado sobre algo que desconocóa por completo : su objeto era evitar la subida de RATONES al maiz almacenado. Al principio no comprendía cómo, pero con tu explicación de esas ruedas colocadas sobre las columnas, previa a la base, explican perfectamente el ingenio.
ResponderEliminarNo los he visto en Portugal, quizá porque no me haya fijado, pero sí en abundancia en Galicia.
Buen reportaje, DON JAIME.
Gracias Tellagorri.
ResponderEliminarEn el Norte de Portugal, especialmente en pueblos agrícolas sin hay, no tantos como estros o los de Soajo, que son concentraciones singulares y bien conservadas.
En Galicia son algo mas pequeños, pero los hay por toda la geografía y en Asturias estan ademas de los horreos, tambien las paneras que son de mayor tamaño.
La vista de estos espigueiros desde el castillo resulta impresionante.
Yo había conocido los hórreos gallegos, pero se encontraban bastante más desperdigados en función de la orografía y las explotaciones. Verlos así de juntos es cuando menos curioso y una muestra clara del cooperativismo de esa gente que citas en un lugar tan curioso cómo el Norte de Portugal.
ResponderEliminarUn saludazo.
Por supuesto en Galicia, los hay, ademas por las cuatro provincias; nunca en cantidades semejantes, ademas son mas pequeños en general y salvo en Pontevedra, donde muchos son completamente de granito, en el resto tambien se utiliza la madera e incluso solo la madera.
ResponderEliminarAdemas de este grupo existe otro relativamente cerca, que procuraré fotografíar en la proxima visita.
Gracias por tu comentario.
Saludos
DON JAIME
ResponderEliminarMi nuevo blog está en http://tellabeltzbureau.blogspot.com.es/
HOLA JAIME:
ResponderEliminarMe ha encantado las fotos de las casas "horreos" creoue se llaman así.
He estado en Galicia y en Portugal, y siempre me llamaron la atención, y no sabía porque las construían en alto... a parte de se por otros motivos es muy curiosa la explicación que has dado.
Me he copiado tus fotos y le he hecho un video a mi yerno que es Zamorano y siempre que van a Portugal las fotografía porque le atraen por lo pintorescas.
Gracias por tu información
Un abrazo
Leonor
Gracias a ti por verlas con cariño Leonor y haz de ellas el uso que mas te guste.
ResponderEliminarUn abrazo
Genial... Explicación y fotos...
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