miércoles, 8 de agosto de 2012

Toki Eder en Castro Urdiales (Cantabria)

Toki Eder en Castro Urdiales
La cerámica aplicada a la arquitectura
Daniel Zuloaga Boneta XV
Este singular conjunto, realizado a principios de siglo, es fruto -al igual que otras obras ejecutadas en Bilbao y en Madrid- de la valiosísima colaboración que establecieron el magnate vasco  Luis de Ocharan Mazas (Bilbao 1.858-1926) y el arquitecto castreño  Eladio Laredo Carranza (Castro Urdiales 1.864-Santa Cruz de Tenerife 1.941). El palacio, eclecticista, se realizó en torno a 1901.
      Luis de Ocharan encargó el palacio a Eladio Laredo y escogió un marco incomparable desde el que podía ver cómo descargaban sus barcos en el muelle, que precisamente hoy se conoce como muelle de don Luis. "Toki-Eder" fue el nombre vasco escogido, que quiere decir "hermoso lugar", y realmente lo es por su privilegiada ubicación. La edificación palaciega se halla rodeada de un amplio parque con estanque de reminiscencias románticas y capilla de inconfundible aire neorrománico. La propiedad está amurallada, y su fachada principal al paseo Menéndez Pelayo, está protegida por una extraordinaria verja de hierro que reproduce lotos de inspiración egipcia.
      El palacio de estilo ecléctico fue concebido como las villas italianas del renacimiento a la manera palladiana, con fachada porticada, enmarcada por columnas clásicas en doble hilera, que simulan un templete, y con una escalera lateral de doble acceso. Sus muros se revistieron de mármoles rosados y blancos, y en la parte superior, se cubrieron de cerámicas de enorme colorido.
     
La fachada principal se asienta sobre una superficie de mampostería, donde se distinguen unos vanos circulares con rejas que simulan telas de araña. En la primera planta, destacan diez columnas jónicas que simulan la portada de un templo clásico y soportan la terraza del segundo piso. Tres grandes vanos enmarcados por pilastras se abren en cada planta. Un hermoso friso cerámico marca la diferencia entre el segundo y tercer piso. Los entrepaños son de decoración de mayólicas con motivos ornamentales, los llamados "a candelieri", de formas clásicas y que el ceramista Daniel Zuloaga Boneta (Madrid 1.851-Segovia 1.921) -tío del pintor, Ignacio, y colaborador habitual de Eladio Laredo- había plasmado anteriormente en el Palacio Velázquez del Parque del Retiro en Madrid. El resto de las fachadas son más sencillas. El tejado es a cuatro aguas y se corona con torre cuadrangular de marcado carácter clásico, con seis columnas pareadas y frontón decorado con motivos florales y rematado con acróteras en sus vértices. También se distinguen cuatro chimeneas.















4 comentarios:

  1. Buen reportaje fotográfico, DON JAIME.

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  2. Aprovechando los paseos de verano con la maquina al cuello.
    Gracias

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  3. Se trata del Palacio que yo pensaba...

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  4. Muy cerca del mar, como ves Ocharan ademas de ser un mecenas, sabía vivir.
    Por la parte superior esta el castillo y el observatorio astronómico, desde el que fotografiaba constelaciones.

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